viernes, 21 de mayo de 2010

COSAS QUE SE DICEN DESDE LAS TRIPAS

Tengo yo un conocido de esos del bar. No creo que hagan falta más detalles porque, quien más o quien menos tiene uno y sabe lo que quiero decir. Y es que el españolito medio se pasa la vida fondeando en los bares y buscando un alma gemela de esas que duran lo que un café cortado para poder reconocerse en ella y hacerse un psicoanálisis de diez minutos.

Despellejas la política, al guapo o la guapa de turno y con un par de chistes más o menos graciosos despachas las penas de la mañana (o de la tarde, que cada uno tiene sus horarios y este conejo no os va acontar ahora cómo está el tema de los trabajos).

Ocurre que de vez en cuando que mietras desnudas el alma en ese minuto la gente saca ideas y frases que te dejan un poco descolocado y uno, que simpre va buscando motivos para hacer entradas en el blog, al final encuentra a Clío (musa de la historia), para terminar de montar el lío.

Son de esas máximas que huelen a tripas y a corazón, que salen a borbotones por los boquetes que de dejan las cornadas de la vida y que, aunque estés pasando un buen rato con los amigos o la familia, no dejas de rumiar como una vaca en el prado.

Yo tenía una que mi bisabuelo Mariano, que me estará mirando desde la otra vida, me dijo cierta vez: - Si el trabajo fuera bueno, lo guardaban los ricos para ellos.

En la propia esencia de la frasecita se esconde una vida de sufrimientos y privaciones en silencio o en la algarabía común de las protestas obreras previas a la guerra civil española, que denota un poso de amargura que te toca.

El caso es que mi conocido del bar tenía otra que tuvo a bien compartit conmigo y mi contertulio (eramos dos tomando café) y se la atribuía a su padre. Dice algo así como: “Procura que digan de tí que eres un hijo de puta antes que digan que eres tonto... porque en esta vida no hay buenas personas, solo tontos e hijos de puta”.

Con esas te acabas el café, te tomas un vaso de agua y te vas al mundo que hay tras la puerta del bar a lidiar con lo que te toque. Yo me fuí para casa y al dia siguiente a comer con mi ex-concuñao (blogero también... algún día os contaré) y no he parado de darle vueltas a la cabeza. Cuidado que tiene alcance la frasecita... no te tienen que haber llovido ostias como panes para guardarte esa sentencia.

A pesar de todo, no creo que el mundo se divida en dos tipos de personas, los buenos existen, igual que los elfos, gnomos, orcos y los gormitis... pero hay que buscarlos con la actitud de ir “a setas”. Fijarse bien dónde se pisa y saber cojerlos. Lo demás, frases lapidarias incluidas, solo son una guia del viajero.

Desde la madriguera, este conejo que os quiere, os desea un buen día.

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